ESCRITO DE LIZETTE CLAVEL A LA BASE

En días anteriores sostuve una plática con el Conciliador de Mexicana. En la misma fui informada de que el calendario que hasta el momento suponíamos prevalecía en torno a los acuerdos que suponen el posible reinicio de operaciones para el mes de abril, se encontraba bajo seria presión; básicamente debido a que, los postores no han podido acreditar a cabalidad su posición financiera. Condición necesaria para el reinicio de operaciones tan anhelado por nuestra base. Esta información que, como todos comprendemos es de la mayor importancia, fue de manera inmediata dada a conocer personalmente a un grupo representativo de sobrecargos de Mexicana (integrantes de la comisión de transparencia, tripulaciones que participaron en vuelos de certificación, así como algunos otros que, de manera aleatoria fueron convocados por diferentes integrantes de la ASSA) en una reunión que se convirtió en una especie de desayuno de trabajo, y donde la postura de una servidora fue la siguiente: Informar de esta situación es un asunto tan delicado, que merecía eliminar intermediarios como pudieran serlo los representantes sindicales para así palpar, de manera directa, la posición de compañeros de la base que pudieran, en corto, pero siendo un número suficientemente amplio, expresar lo que sobre el tema les preocupara pues, es justo decir que, sobre el particular, las posturas de todos los agremiados que colaboran en Mexicana han sido bastante homogéneas, y era la intención de esta dirigencia no rehuir mediante formalismos o convocatorias demasiado amplias la parte humana que sólo en grupos de mediano tamaño puede apreciarse a cabalidad. Quiero hacer énfasis en que el presente documento así como todos los mecanismos de información están, desde la reunión misma, trabajados para que la base conozca, como siempre, la información que surge del Conciliador, de las Empresas o de las distintas partes involucradas a las que esta dirigencia tiene acceso como representante de los trabajadores. Es perfectamente entendible, además de justificado el que al haberse difundido irresponsable y anticipadamente la información sobre esta nueva situación, se genere malestar en torno a un cambio de fechas que, tras 8 meses de conflicto y no pago, la base resiente diariamente en su sustento familiar, pero esa molestia no debe convertirse en factor de desunión o de rumores. Es también ahora, más que nunca, que los sobrecargos de Mexicana y Click deben constatar como auténtico el respaldo consciente y activo de su dirigencia sindical en pleno. A través de las redes sociales se ha querido filtrar el rumor de que el mencionado desayuno fue convocado para anunciar la intención de un reelección . Afortunadamente, 21 sobrecargos son testigos de los hechos. Sostuve ahí y sostendré siempre que mi intención de no reelegirme tras el proceso de reforma estatutaria y el periodo transitorio de 6 meses es definitiva; tanto, que está basado en una profunda convicción democrática; sin embargo dije ahí, y ratifico ahora por escrito que, esta misma convicción democrática y llamado a la unidad necesaria, pasan también por un segundo filtro no menos importante y que es, el que esta dirigencia ha venido siendo un actor congruente y hasta, según han señalado diversos medios, protagónico. En el marco de las decisiones sobre NGA, y a pesar de las situaciones críticas que vive ASSA por la falta de unidad y visión compartida de una parte del Comité Ejecutivo que ha llevado a medidas complicadas como el no pago de emolumentos a sus integrantes, dejando de lado pues, las pequeñas crisis políticas de la dirigencia y atendiendo el fondo de la cuestión que es, cómo generar las condiciones para que los inversionistas sepan que los sobrecargos somos una parte comprometida con la empresa y dispuesta a jugársela porque Mexicana y Click vuelvan a volar, y tras la exposición de distintos grupos, incluyendo la delegación de mexicana quienes en un principio insistieron en una posible reelección, es que hoy me encuentro valorando la posibilidad de postularme suponiendo con esto que, si en algo contribuyo como garantía de las partes a un mejor tránsito en las negociaciones para que los compañeros sobrecargos vuelvan a su fuente de trabajo, lo haría. Si la base de CMA considera auténtica y decididamente que mi postulación contribuye a que alcancemos los objetivos comunes dentro de la industria, asumiría gustosa junto con mis compañeros de Comité la posible búsqueda de la reelección, pero si este no fuera el caso, y a pesar de su posición particular, algunos miembros de la base sostienen que existen alternativas que cumplen mejor el rol de negociación que se avecina y que, evidentemente es crítico, desde luego que renunciaré a cualquier pretensión que insisto, es en defensa de un principio de congruencia: el de no abandonar la nave, en medio de la tormenta. Como sobrecargos hemos sido formados para asumir las emergencias; a eso responde mi lógica por lo que les digo con absoluta franqueza que dirigir a ASSA en este momento implica un alto costo personal que, si fuera cierto que tengo aspiraciones políticas de naturaleza electoral, este sería el mejor momento para irme, justo cuando he alcanzado un posicionamiento en los medios de comunicación y puedo retirarme en medio de una posición privilegiada en lo político. Pero no dejo de pensar en el fondo de las cosas. Por ello, les recuerdo que el sentido de la reforma estatutaria era, además, para dejar concluido el conflicto de NGA, mismo que se prolonga en el tiempo y se agrava en la necesidad económica de nuestros compañeros. Fácil sería ceder a pequeñas presiones que suponen que, con su visión cortoplacista, se está debatiendo quién se queda y con cuál cartera, pero ASSA hoy está frente a una grave crisis y hay 8 mil trabajadores de los cuales, más de 1500 son sobrecargos, que requieren de acciones comprometidas, decisiones de fondo y negociaciones responsables. Quienes supongan un premio el estar al frente de un sindicato como el nuestro y en un momento como el actual, se equivocan dramáticamente; es más bien, la rifa de un tigre, y lo digo con objetividad porque me han acusado de pretender manipular voluntades tanto de la base, como de algunos dirigentes y, en estas circunstancias, los comentarios que se vierten en las redes sociales son el menor de los costos. Antes, durante, y después de una destitución, fijé mi lucha en principios. Quienes me conocen, saben que la congruencia es para mí un valor superlativo, así que, con estas líneas les pido que valoren auténticamente lo que, a su parecer, convenga y sepan que en mí encontrarán a una receptora objetiva que ha dado con ustedes, y por ustedes, una batalla difícil que, si bien es cierto, en parte es propia, mucho más cierto es que a la base le toca siempre, tomar las decisiones que sean de su interés. Quedo a sus órdenes para que me contacten; parte de las obligaciones de un dirigente, es aceptar la crítica, pero a diferencia de otros tiempo en donde la práctica común hubiera sido la represión o la desinformación, hay ahora una total apertura que provoca que los compañeros caigan fácilmente en una crítica insensata, algunas veces hasta malintencionada. Así, ahora algunos miembros de la representación afirman que hay prácticas inclusive de intimidación; saben, mejor que nadie quienes lo expresan, que he escuchado y atendido todas sus demandas, pero no puedo permitir que, en el umbral de una posible fractura de los acuerdos con NGA y con costos enormes para nuestra Asociación, se quiera manipular mis atribuciones con criterios pequeños o por intereses inconexos y pueriles. Dejo a ustedes la reflexión y quedo a sus órdenes. Lizette Clavel Sánchez